Óxido y corrosión

viga metálica

Para poder tratar el óxido y la corrosión, en primer lugar tenemos que diferenciar cada uno de los procesos, aparentemente iguales, pero bastante diferentes:

Óxido. Causas y tipos de oxidación.

Se produce cuando las moléculas metálicas captan oxígeno (reacción conocida como «redox») formando una capa superficial  de óxido de dicho elemento metálico; en la mayoría de casos, esta capa sirve como protección para dicho material, evitando su deterioro, llegando a ser un método muy común para la protección de los metales; este proceso se denomina «pasivación», y se emplea, por ejemplo, en el acero, al que se le aplica cromo o zinc, los cuales poseen mucha facilidad para oxidarse, y así crear la capa protectora, dando lugar al acero inoxidable o acero galvanizado, respectivamente; también sucede en el aluminio, cuya capa exterior de apenas unos nanómetros de espesor se oxida con gran rapidez.

Si el metal no tiene ninguna capa de protección, o es inadecuada, puede captar el oxígeno de dos formas:

-Oxidación aérea: es la más común, opteniendo el oxígeno del aire.

-Oxidación sumergida: puede ser tanto en materiales en contacto directo con el agua, como con elementos porosos, como puede ser tierra, morteros, o madera.

Corrosión. Causas y tipos.

Es un proceso en el que se forma una pila electroquímica entre el metal, y otro elemento contíguo. El metal con menor potencial cede sus electrones (pérdida de material) al de mayor potencial, por lo que, a menor potencial, mayor corrosión.

Estos son unos ejemplos de los potenciales de algunos metales:

aluminio: -1,67

acero galvanizado (zinc): -0,76

hierro: -0,44

acero inoxidable (cromo): -0,42

cobre: +0,16

Por ello, la corrosión se puede deber a:

-Par galvánico: se produce por contacto entre metales con distinto potencial eléctrico. Es muy común en calentadores de agua: la unión del serpentín de cobre del calentador con el galvanizado del latiguillo. Por ello se debe instalar una rosca de plástico en la unión que evite el contacto entre ambos.

Unión roscada

-Aireación diferencial: cuando un metal se humedece constantemente en determinadas zonas, y las colindantes permanecen siempre secas, se produce una pila electroquímica entre la zona húmeda y la seca. Es común en tuberías metálicas en las que circula agua por su interior, o en chapas colocadas a la intemperie,  que al mojarse, la parte exterior se seca antes por la acción del sol y el viento, mientras que la cara interna permanece húmeda más tiempo.


El problema llega en el caso del hierro, y por consiguiente, del acero (generalizando, el acero es 98% hierro, 2% carbono). La capa de óxido no proteje al material soporte (no produce pasivación), y al humedecerse se forma hidróxido que tiene un potencial distinto, generándose corrosión con el hierro adyacente y acelerando la pérdida de sección del elemento.

Además, el hidróxido es muy expansivo, produciendo daños importantes en los elementos como forjados, pilares, o muros armados.


Eliminar el óxido y la corrosión

Normalmente los elementos metálicos instalados en nuestras viviendas se encuentran correctamente protegidos, por lo que la oxidación y la corrosión suelen ser una lesión secundaria, originada por un problema de humedad, por lo que te recomendamos que visites la página de humedades para solucionar el problema principal.

Una vez eliminada la causa, en el caso del óxido procederemos a limpiarlo, para ello utilizaremos un cepillo con cerdas metálicas, si no sale del todo, podemos recurrir al viejo dicho sobre que «la Coca-Cola quita el óxido», y es que ciertamente lo limpia ya que el carbono que contiene reacciona con el óxido formando dióxido de carbono; pero en nuestro caso haremos una pasta con bicarbonato y agua, y la aplicaremos sobre la zona a tratar, frotándolo con un paño o un cepillo de dientes.

Para la corrosión, se trata de evitar que continúe el contacto entre los materiales, introduciendo separadores, como los antes mencionados. Para los casos de aireación diferencial, protegeremos la cara húmeda para evitar su exposición prolongada al agua, podemos favorecer su ventilación, o proporcionarle un poco de inclinación en caso de encharcamiento, si se encuentra empotrada en el suelo o paredes, como es el caso de las rejas y barandillas, sellar las uniones para evitar el acceso de agua. Dado que en la corrosión el material pierde sección, si se encuentra muy deteriorado tendremos que prodecer a su sustitución.

Tratar el metal. Pinturas antióxido

Una vez actuado sobre la causa, y restauradas las piezas, podremos proceder a tu tratamiento. Como hemos visto al principio, los metales al oxidarse se autoprotegen al pasivarse, pero en el hierro y algunas de sus aleaciones, como el acero, será necesario emplear pinturas que lo protejan de la humedad. Antes de pintar tenemos que aplicar un decapante para quitar los restos de  pintura, y así poder aplicar el producto correctamente.

En el mercado podemos encontrar productos orgánicos: como pinturas impermeables, lacas, cauchos, o resinas sintéticas; normalmente requieren una base o imprimación que mejora su adherencia, y deben ser tratados nuevamente cada 3-5 años.

Por otro lado se puede aplicar una capa de otro metal que lo proteja, estos sistemas son más duraderos. En este caso las pinturas de estaño son una de las mejores formas de tratar elementos metálicos contra su oxidación; aplicándose directamente con rodillo o pistola.

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